Dedicado a: María Esneyder, Daniel Alfredo y a mí Madre

viernes, 13 de enero de 2012

Publicación del Cuento N° 19 de una Serie de 22 Cuentos Cortos

Marzo 22 de 2011
Bogotá D.C. Colombia

XIX.
El aturdimiento se apodera de la casa y sus alrededores. Un aire de tristeza y melancolía se apropia de las almas.  Las voces dicen “que le pegaron una puñalada en el pecho”, se escuchan gritos, llantos confundidos en la multitud muda. -¿Qué pasó?- Se pregunta un grupo de muchachos alarmados por la noticia, agrupados en la esquina del barrio, donde queda la panadería. Donde minutos antes, reunidos tomando refresco un grupo de jóvenes compartían y armaban el equipo de futbol con el que jugarían al día siguiente, con el equipo del barrio del otro lado de la quebrada. Kike, llevaba puesta la camiseta de su equipo de futbol preferido, “la roja” de la que decía con orgullo sacando el pecho –la roja, la llevo en la sangre, la llevo en el corazón y mi alma, hasta la muerte-. Ese era el grito de batalla. Un vecino enfurecido, enceguecido por la pasión del deporte “rey”, atacó al joven frente a su casa con un puñal, manchando de rojo la camiseta; la intolerancia, la ignorancia acaban con la vida.

Por: Jesús Rodríguez

lunes, 9 de enero de 2012

18 Cuentos

Marzo 21 de 2011
XVIII.

Una paloma surca el aire protegiéndose. Un tímido rayo de sol se oculta al oeste. La tarde lluviosa se entristece, un hombre anciano con vestido negro y protegido por un viejo paraguas, deja sus huellas sobre los charcos que se hacen en la abandonada calle, la que se empina abrazando la montaña. Saca del bolsillo interno del viejo saco oscuro, una caja arrugada de aguardiente, desdobla la esquina triangular y toma un largo sorbo. Sus pensamientos alejados de la realidad, balbucea palabras sin sentido para los otros, pero, de trascendencia para él. Por su mente alcoholizada por el odio, viven varios inquilinos, los que rondan por sus recuerdos envenenados, por las múltiples habitaciones que le alquiló a la memoria.


Luego de ascender la larga calle, abre una puerta de lata oxidada que se arrastra contra la tierra húmeda, la oscuridad lo absorbe, entra en la casa de cartón y madera. Un viejo colchón tirado en una esquina, con las cobijas al azar; se tira sobre su cama, mira el techo de materiales reciclados, una gotera cae, sobre su frente. El cansancio lo absorbe, el alcohol lo anestesia, se queda dormido.

Por: Jesús Rodríguez

17 Cuentos

XVII.



La mariposa se posa sobre el mesón de hormigón. Agita sus alas de colores, el niño emocionado la ve, la admira, trata de cogerla, ella esquiva inicia su vuelo, se va.



Por: Jesús Rodríguez


Mariposa. Foto: Jesús

Cuento 16 Cuentos

Marzo 20 de 2011
XVI.



La pelota rueda sobre el césped. Más arriba se encuentra una pareja traviesa; sentados con sus ropas húmedas de pasión. Es domingo en la tarde y los vendedores de paletas, conos y helados aprovechan el calor que hace en el momento para vender los refrescos. Los niños se acercan entusiasmados a los carritos de colores, mientras sus dueños hacen sonar el tilín, tilín de sus campanas. El sol cae perpendicularmente sobre las cabezas de los veraneantes; vestidos de todos los colores animan el carnaval festivo. Sentados, ocultos en la sombra del árbol más grande, los amantes siguen fundidos en un solo beso, las manos descubren al otro, al desconocido, a la deseada y al deseado; se buscan en la sombra de la tarde, junto al viejo árbol de nogal. Labios humedecidos, piel temblorosa, manos inquietas. Besos luminosos que agitan el corazón. Una pareja de ancianos miran a lo lejos, se toman de las manos y se miran tiernamente. La pelota pasa a su lado, mientras una tropa de niños corre tras ella. La pelota huye de los niños. Los ancianos se encuentran. Los amantes se emparejan. Él toma sus pechos agitados; ella lo acepta. Él acaricia su vientre húmedo; ella lo desea. La pelota saltarina golpea la pierna de ella; llegan los niños por la pelota. Se van y los amantes se quedan.


Por: Jesús Rodríguez