Dedicado a: María Esneyder, Daniel Alfredo y a mí Madre

domingo, 20 de noviembre de 2011

15 Cuentos que Cuento

Marzo 19 de 2011
Fusagasugá, Cundinamarca

XV.
Una botella de aguardiente tirada en un rincón del pequeño cuarto, es el testimonio del hombre que huye de la realidad con cada borrachera. Él con la ropa del día anterior y envuelto en las cobijas yace dormido sobre una cama de madera. Una tímida luz cruza por el espacio que deja la cortina empolvada por los años. Son las nueve de la mañana del día viernes, de un viernes lluvioso, melancólico y ausente. El hombre abre sus ojos confundidos, cercados en alcohol entre el sueño y la realidad, en un limbo más cercano al infierno que a la vida. ¿Cómo llegue, quién me trajo? Se pregunta aún confundido, aún perdido en una laguna alcohólica. Se da la vuelta y su cabeza explota en un doloroso tormento, su estómago pesado, le da vueltas. ¿Qué pasó a noche, con quién estuve? Se pregunta incesantemente. Pero, las respuestas no llegan. El tormento lo invade como el veneno que lo mata noche tras noche, borrachera tras borrachera. Su cuerpo le pide un trago más. –Con un trago me mejoro- se dice a sí mismo. Su mano temblorosa alcanza la mesa de noche, abre la gaveta y saca del fondo escondida entre enceres olvidados media botella de aguardiente sin destapar. Se toma un trago y todo vuelve a empezar. Su mente se nubla y comienza un nuevo viaje al olvido, al olvido de sí mismo.

Por: Jesús Rodríguez

"El tormento lo invade como el veneno..." Foto: Jesús


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