Dedicado a: María Esneyder, Daniel Alfredo y a mí Madre

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Va otro cuento que cuento (6)

Continuando con la publicación de los cuentos que escribí a comienzo de éste año, dejó a consideración de los lectores y lectoras el cuento que a continuación pueden leer y comentar.

Febrero 25 de 2011
VI.

Una sonrisa de mona lisa ilumina su rostro. Mira al su alrededor mientras su mano se apoya sobre la barandilla de la escalera que lleva al segundo piso. El ruido del agua que corre sobre las piedras llega hasta sus oídos. La brisa proveniente del este roza su piel, estremeciendo sus sentidos; mientras asciende por la escalera que se eleva hacia el cielo. El paisaje verde la absorbe, sus ojos se embriagan de paz interior; la tranquilidad la acompaña, siente que una vida llevada con honestidad ha valido la pena. Su esposo tiende su mano para darle apoyo, mientras la espera al final de la escalera, su cabello iluminado de luz, del blanco de la experiencia, le brinda seguridad a ella, quien paso a paso, escalón por escalón, llega hasta el segundo piso; mientras su mano se confunde piel con piel, en la mano de su compañero. Sus corazones enamorados palpitan al ritmo de la brisa, al ritmo del minuto que aún no ha terminado. Sus labios se posan sobre la piel de su mejilla para darle la bienvenida a su amada esposa; y así vivir por siempre juntos, como lo escribieron en la hoja final del cuaderno de matemáticas cuando apenas se estaban conociendo en el principio de sus tiempos, hoy cubierto en la sombra de los sueños y en la humedad de la tierra. Se miran con la contemplación de la primera vez y este es su primer día, por siempre.  

Por Jesús Rodríguez


Ilustración con bolígrafo, Paloma. 2011, Jesús

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